Construyendo paredes...






Esta frase la tomé del blog de "Gato Pícaro" (espero que no le moleste), y lo hice porque la frase en sí, contiene muchas verdades que hemos dado por sentado sólo por el simple hecho de parecernos "lógicas" para el pensamiento del mundo actual que en gran medida sólo piensa en el dinero sin importar que tanto perjudica o beneficia a las personas.

La frase es del Richard Stallman, fundador del Moviemiento del Software Libre, y tiene un gran dejo de verdad.

Stallman dijo lo siguiente:

“La elección fácil era unirme al mundo del software propietario, firmar los acuerdos de no revelar, y prometer que no iría en ayuda de mi amigo hacker. Podría haber hecho dinero de esta manera, y tal vez me hubiera divertido escribiendo código. Pero sabía que al final de mi carrera, al mirar atrás los años la pase construyendo paredes para dividir a la gente, sentiría que usé mi vida para empeorar el mundo…”


¿Cuántos pensamos en no crear barreras sino más bien en construir puentes, y no sólo pensar en el dinero y en no empeorar el de por sí maltrecho mundo? Lamentablemente muy pocos...

Comentarios

  1. Si lamentablemente muy pocos, siendo Jehová nuestro Magnífico Instructor contamos con la mejor educación que pueda haber. Como dijo Jesús, la felicidad radica no en las cosas que uno posee sino en nuestra relación con los demás, con Jehová, nuestra familia y nuestros amigos.

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¿Por qué existe El Gueto...?

Quienes cuentan la Historia siempre la han polarizado en buenos y malos, olvidando explicar por qué y cómo sucedieron los hechos, sacándolos de contexto y dando ninguna importancia a las razones que llevaron (u obligaron) a los personajes a actuar de cierta manera. El deseo de "El Gueto..." es presentar lo que se ha dejado de lado: los por qué, los cómo y las razones de la manera más objetiva posible para que TÚ saques tus propias conclusiones, y lo más importante: que TODOS entendamos cómo nos afectan.

Frases historicas

"Estas llaves, que lo son de las puertas que únicamente deben estar cerradas para la irreligión, la desunión y el despotismo, como abiertas a todo lo que pueda hacer la felicidad común, las devuelvo a vuestra excelencia, fiado de su celo que procurará el bien del pueblo a quien represnta".
Palabras que pronunció Agustín de Iturbide al entregarle las llaves de la capital que le habían sido dadas por el alcalde de la Ciudad, don José Ignacio Ormaechea, a su entrada a la capital de la Nueva España comandando a 16,000 hombres el jueves 27 de septiembre de 1821.