Nerón, el emperador odiado



                                                                                                          (Museo Capitolinos, Roma)



El viernes 15 de diciembre del año 37 EC, en Antium (hoy Anzio)  Gneo Domicio Enobardo y Agripina la Menor recibieron en este mundo a Lucio Domicio Enobardo, más conocido como Nerón. Era el último representante de la dinastía Julio-Claudia que comenzó Augusto. Pese a ser sumamente conocidas sus locuras y sus asesinatos, su mala fama, en parte justificada y exagerada, eclipsa las labores que hizo por la plebe y sus reformas. Así pues, dispongámonos a conocer un poco más acerca de este famoso personaje. 


La influencia materna

Agripina la Menor era hija de Germánico y hermana de Calígula. De alta alcurnia, Agripina se casó por primera vez con  Dominco Enobardo a los trece años. Es de notar que los esposos provenían de la misma familia y por tanto podemos decir que hubo cierto grado endogamia, razón por la cual se le ha atribuido los desequilibrios mentales que mostró Nerón. De su nacimiento se comentan dos cosas: que nació al alba y fue tocado por los primeros rayos del sol, siendo esa posiblemente la razón su inclinación egipcia del culto al sol y su insistencia a ser representado a la manera de Helios, dios griego que era la personificación del Sol. La segunda versión de su nacimiento dice que Dominicio Enorbardo exclamó que “de Agripina no podía nacer más que un ser detestable”. A vista de la sociedad de la época, Nerón había nacido en una buena familia. Sin embargo las cosas se fueron moviendo prontamente ya que cuando tenía dos años (39 EC) fue descubierta una conjura contra el emperador Calígula en la que estaba involucrada Agripina. Calígula le incautó todos sus bienes a su hermana Agripina y la mandó al exilio, quedándose Nerón con su padre, pero éste murió al año siguiente (40 EC) y el niño se quedó con su tía paterna Domicia Lépida. Las nodrizas de Nerón, Egloglé y Alejandra, eran de origen oriental y sin duda fueron una gran influencia para que el futuro emperador sintiera atracción a los helénico; Eglogué y Alejandra nunca se apartaron de él.  La educación que recibió Nerón fue por demás singular. Tuvo de maestros a un bailarín y un barbero, así como Aniceto y Berilio, quienes lo iniciaron en la literatura y fueron ampliamente compensados cuando Nerón llegó al trono. 

En el año 41 su abuelo Claudio es nombrado emperador y rehabilita a Agripina, restituyéndole incluso sus bienes. Sin embargo las ambiciones de Agripina eran altas y buscó casarse con Sulpicio Galba, un noble millonario. Al no poderlo concretar Agripina, fijó su vista en Gayo Solustio Crispo Pasieno, quien no solo era un rico e influyente senador sino también esposo de quien fuera su cuñada, Domicia Lépida, quien se divorció de esta última para casarse con Agripina. Así Nerón pasó de ver a Crispo como su tío a tenerlo como padrastro. Pocos años después Agripina enviuda de Crispo Pasieno y para el año 49 EC se casa con su tío, el emperador Claudio. Un año antes Claudio había mandado asesinar a su esposa Mesalina. Agripina aprovechó la oportunidad y buscó la forma para que Nerón se convirtiera en el favorito de Claudio y pudiera ser nombrado emperador a la muerte de éste. Agripina no tenía reparos en conseguirlo y lo primero que hizo fue lograr que el filósofo, y millonario,  Séneca, exiliado por Mesalina, retornara a Roma y estuviera a cargo, junto con Afranio Burro, de la enseñanza de Nerón.  Sin duda los conocimientos que le proporcionó  el famoso filósofo repercutieron, junto con los de sus antiguos maestros, en la formación cultural de Nerón. Toda la enseñanza de Séneca estaba enfocada en prepararlo para gobernar Roma. La labor política de Agripina para que su hijo llegara a ser emperador no solo contó con Séneca y con Burro, sino también con Palante, un liberto que era amante de la de emperatriz. 

Cuando Nerón tenía trece años su madre consiguió que Claudio lo adoptara como hijo con lo cual Británico, el hijo biológico de Claudio, fuese desplazado, y no solo por las intrigas de Agripina sino también por el físico de Nerón. Al príncipe le gustaba la poesía, la música, el teatro y los deportes, siendo estos últimos los que le permitieron tener un cuerpo bastante proporcionado y una buena salud. Seutonio y Séneca coinciden en que era un hombre guapo, de ojos azules y una rubia cabellera más larga de lo habitual para la época. 


Se convierte en emperador

Nerón se casó en 53 EC a los 16 años con su prima Octavia, hija de Claudio, de 12 años. Un año después, 54 EC, asciende al trono a la muerte por envenenamiento de Claudio a manos de Agripina. A Claudio le gustaban mucho las setas y los hongos, cosa que aprovechó muy bien Agripina para pedirle a Locusta, una esclava muy socorrida por sus conocimientos en venenos naturales que cambiara las setas que cenaría Claudio aquel 13 de octubre del año 54.
Después de cenar, Claudio comenzó a sentir fuertes dolores en el estómago y llamaron a su médico, quien le introdujo una pluma en la garganta con más veneno, acelerando su muerte. Todo esto con una Agripina observando a lo lejos.

Nombrado emperador, los primero cinco años de su gobierno fueron la mejor etapa de los catorce que gobernó al gozar de su mayor popularidad.  Sin embargo su madre insistía en influir en él y quería continuar con la línea política de Claudio, que consistía en tener una administración que no dependiera del Senado, formada por libertos, mercaderes y financieros. Básicamente buscaba que Nerón fuera un adorno como César. Por ello seguía alentando las aspiraciones de Británico, pero no para quitar a Nerón sino para presionarlo a obedecerla. Pero Nerón no se tocó el corazón y envenenó a Británico. El nuevo emperador realizó una cena donde, como siempre, corrió el vino. Pero el vino que tomó Británico tenía arsénico y le produjo espantosas convulsiones que Nerón minimizó diciendo que era uno de sus ataques epilépticos y ordenó que le sacaran. Horas después moriría con solo 14 años.   

El asesinato de Británico fue el primero de los muchos que cometería en su gobierno. Octavia no corrió con mejor fortuna. En una ocasión intentó estrangularla. Acusada de adulterio y repudiada por Nerón debido a su esterilidad, murió en su destierro en el año 62 en Pandataria, donde después de atarla le cortaron las venas en un baño queriendo fingir un suicidio. Tenía 20 años.  Su muerte le ganó a Nerón descredito ante sus gobernados ya que era muy querida por el pueblo. Después de repudiar a Octavia, Nerón se casó con su amante Popea, a quien pateó hasta matarla pese a su avanzado embarazo.


Su gobierno

Al principio de su gobierno  las relaciones con el Senado fueron buenas ya que les regresó parte de las atribuciones que Claudio les había quitado. Cabe recordar cómo funcionaba el Senado en aquella época. El emperador no era omnipotente ya que muchas de las decisiones que tomara tenían que ser ratificadas por el Senado, lo cual provocaba tensiones constantes. Aunque durante el gobierno de Augusto se le dieron numerosos poderes especiales para mantener y garantizar la paz de Roma, el Senado tenía funciones importantes tales como la elección de magistrados, las leyes tenían que consultarse y aprobarse en el, controlaba los fondos públicos y los asuntos religiosos y de honores tenían que pasar forzosamente allí. 

Los primeros problemas comenzaron en el año 58 cuando Nerón quiso llevar a cabo una importante reforma fiscal aboliendo los gravámenes que se imponían a los artículos que llegaban de las provincias (impuestos indirectos) y las tarifas aduaneras y el pago de peaje.  Eso también implicaba que los impuestos directos los pagarían los grandes productores, incluyendo a los de Italia antes exentos, muchos de ellos pertenecientes al Senado. De haberse aprobado la reforma hubiera implicado que los más ricos y poderosos hubieran tenido que pagar más para el mantenimiento del Imperio.  La reacción de los senadores no se hizo esperar y revocaron la reforma, aunque también contaron con la ayuda de Séneca y Burro para convencer a Nerón de abandonarla. También advirtieron que de seguir así el absolutismo no solo afectaría a la aristocracia sino también al Imperio.  


En marzo del 59 EC Nerón toma la decisión de asesinar a su propia madre Agripina (con quien probablemente sostuvo relaciones incestuosas) en parte porque ya le molestaba su injerencia y en parte también porque creía que conspiraba contra él; es muy posible que influido por Séneca haya tomado esa decisión  ya que su antiguo mentor estaba enemistado con ella . Agripina sospechaba tanto de su hijo como de su nuera, por eso tomaba todos los días pequeñas dosis de veneno para inmunizarse, por lo que envenenarla fue descartado. Nerón quiso hundir el barco en el que viajaba su madre pero no pudo matarla porque  se salvó nadando. En Antium, donde nació Nerón, fue asesinada por soldados que mandó su hijo.  Para el año 62 repudia a su esposa Octavia y la asesina para después casarse con Popea. 


En el año 64 tiene lugar uno de los eventos más recordados de su gobierno: el incendio de Roma. La ciudad tenía problemas de incendios desde hacía mucho tiempo y por lo mismo ya contaba con un cuerpo de bomberos desde la época de Augusto, pero siempre hubo quejas por falta de equipo. Sin embargo pese a la frecuencia de los incendios en la ciudad nunca hubo uno tan fuerte como aquel. En ese tiempo Roma contaba con aproximadamente un millón trescientos mil habitantes, una población excesiva para una urbe con muchas casas y edificios de madera. Aquella calurosa noche del 18 de julio el incendio comenzó en el Circo Máximo, que era la zona mercantil, y se extendió rápidamente hacia Palatino, Celio y Oppio, esto debido a los vientos. Los bomberos no pudieron controlarlo porque la estampida de gente que huía se los impedía y porque los accesos al agua fueron bloqueados. Nerón se encontraba en su residencia de descanso en Anzio (Antium) y rápidamente se trasladó a Roma. Cuando llegó, Palatino y Celio estaban destruidos y las cosas de Oppio tuvieron que ser derribadas para que no se extinguiera el fuego. Nerón ordenó que se le diera cobijo a los damnificados en algunos campos imperiales. 

Seis días después, cuando se pensaba que se extinguía el fuego, la ciudad volvió a arder por otros cuatro días pero ahora en la zona rica. Durante ese tiempo Nerón actuó como un verdadero jefe de Estado ya que no solo puso de su dinero ayudar a los que perdieron sus hogares, recorrió la ciudad durante esos días aún sin escolta y ofreció incentivos para aquellos que ayudaran en la reconstrucción. Al final Roma ardió diez días, destruyendo a tres de las catorce regiones de la ciudad y afectando a prácticamente toda. Los saldos fueron 200 mil evacuados, 400 edificios y 138 villas destruidas. Pasado el incendio, Nerón dictó medidas para que no volviera a suceder, tales como vigilantes en los acueductos para que los ricos no desviaran el agua, fuentes más grandes para sacar más rápido el agua y prohibir los muros medianeros en los nuevos edificios para así tener una separación que no propagara el fuego.

Poco después del incendio comenzó a circular el rumor de que Nerón lo  ordenó para expropiar parte de los terrenos afectados. Sin embargo Nerón culpó a los cristianos del incendio y se inició una atroz persecución contra ellos en todo el Imperio. Pese a ello, la sospecha de que él fue quien quemó Roma se acrecentaron cuando, expropiando terrenos afectados en pleno centro de la ciudad, construyó la enorme Domus Aurea, el famoso Palacio del Emperador.

La construcción corrió a cargo de los arquitectos Severo y Celer, siendo muy  criticada por todas las clases sociales. Su desmedido tamaño (unas 50 hectáreas), su ubicación, la ostentación al tener partes de oro, perlas y piedras preciosas, jardines, parques, una sala donde se encontraba el famoso comedor giratorio y el vestíbulo, donde se construyó una estatua de 35 metros de alto hecha de bronce y que representaba a Nerón como Helios-Sol a manera del Coloso de Rodas, fue sumamente cuestionado. Hoy queda poco de aquella obra ya que los sucesores de Nerón, Vespasiano y Tito, le quisieron regresar el antiguo esplendor a la ciudad y destruyeron parte de la obra, sumándole otro incendio en el año 104 que trajo más obras públicas que sepultaron buena parte del Domus Aurea. Para darnos una idea de las dimensiones, en lo que era el vestíbulo hoy existe el Coliseo Romano.


Comienzan las crisis

Con el fin de cubrir los gastos de semejante obra faraónica, Nerón decretó nuevos impuestos e impuso una reforma monetaria que redujo el peso de los denarios (de plata) y los áureos (de oro) sin reducir su valor y de esta forma fabricar más monedas, contribuyendo a mayores ganancias para el  Estado al haber más circulante. La medida ayudó a posicionar al denario sobre el áureo y de esta forma favoreció a las clases medias y sencillas que ahorraban en esa moneda, en detrimento de los ricos, que ahorraban en áureos. También reorganizó en un mismo patrón las monedas griegas y romanas, facilitando la circulación en las provincias orientales. Estas reformas, aunque buenas, no fueron bien recibidas aún por las clases sociales bajas (las que aparentemente salieron beneficiadas) y generaron descontento aún en  aquellas a las consintió con juegos circenses, fiestas, juegos literarios y musicales, actuando él mismo en muchos y llegando a ser muy popular entre la plebe

En el año 65 Nerón manda asesinar a su esposa Popea que se encontraba en avanzado estado de embarazo. También descubre la conjura de Gayo Calpurnio Pisón, quien alrededor de él se agruparon senadores, caballeros, oficiales y suboficiales de la Guardia Pretoriana y posiblemente algunos de la familia imperial, descontentos con las medidas económicas (muchas de ellas les afectaron directamente), con la imagen que proyectaba el emperador y seguros de que el Estado que fortaleció Augusto se podía tambalear, planearon matarlo a puñaladas mientras se encontraba en el Circo Máximo asistiendo a los Juegos de Ceres; después Pisón asumiría las riendas del Imperio. Sin embargo la delación de Flavio Escevino, uno de los conspiradores, desató una represión brutal por parte del emperador, iniciando así su historia negra. 

Dirigida por prefecto del pretorio, el temido Tigelino, la represión no solo le costó la vida a Pisón y sus conspiradores sino también a Séneca ya alejado de la vida pública y quien posiblemente no participó en la conjura, su sobrino Lucano y hasta el escritor Petronio. Fue un periodo de terror, donde todos tenían miedo de ser declarados “enemigo del emperador”. Ese estado de sospecha constante fue aprovechado por Nerón para, ahora sí, controlar al Senado, hasta ese momento en constante choque con él. Poco después de la represión, Nerón convocó al Senado y leyó las confesiones de los condenados y otorgó condecoraciones a los que ayudaron a suprimir la conjura. Todos lo senadores presentes, en un acto tal vez de supervivencia, se humillaron ante el emperador y lo llenaron de alabanzas, incluso los familiares de las víctimas lo hicieron, postrándose por varios días ante el emperador y besándole la mano mientras decían que no tenían nada que ver con el complot. 

El colaboracionismo de los senadores fue tal que incluso llegaron a enviarle listas negras de supuestos enemigos del Estado y así aumentar ellos su poder. El caso de Barea Sonaro lo demuestra. Sorano fue acusado de malversación de fondos pero no funcionó la acusación. Después se dirigieron contra su hija y la acusaron de practicar artes mágicas. Pese a que ir al Senado y negar las acusaciones incluso llorando en el suelo, su padre fue condenado a morir; su única consideración fue que eligiera cómo habría de hacerlo. Sin embargo senadores como Peto Trasea no estuvieron de acuerdo con las formas de Nerón. Trasea no lo retó directamente pero sí le hizo ver que no estaba de acuerdo con él mediante darle la espalda a sus obligaciones como senador. El emperador lo acusó de sedición y le concedieron la gracia de escoger su muerte.

Con un Senado controlado, Nerón se dedicó a su megalomanía. Creyendo que nadie entendía su calidad de artista, fue a Grecia donde estuvo dos años (66-67 EC). En su estancia participó en los juegos locales que previamente modificaron sus fechas para que participara.  Compitió como actor, tocando la cítara y hasta conduciendo su propio carro en las competencias. Todo tomándoselo de verdad muy en serio, y obviamente siempre saliendo ganador. Fue en ese periodo cuando su mala fama se acrecentó. Durante su estancia en Grecia, y en agradecimiento por todos sus honores, decretó en Corinto la liberación de Grecia, que solo fue relativa al darle algunas ventajas fiscales.  Sin embargo su estancia en la región, a la cual siempre admiró, se vio interrumpida por sucesos en el otro lado del Imperio. 


Su final

Durante su gobierno, Nerón hizo frente varias revueltas. En el año 61 se enfrentó a un levantamiento en Britania, se recrudeció la guerra contra los partos en lo que hoy es Irán y en el año 66 estalla la revuelta judía. Sin embargo ninguno se comparó a lo que ocurrió en el año 68. En la Galia, específicamente en Lyon, vivía Julio Víndex, un senador y noble galo que era gobernador de la Galia Lugdunense con rango de propetor. En su puesto veía que la ruina económica abundaba en la región como consecuencia de la avaricia de los recaudadores de impuestos y de la indiferencia del gobierno. Como la Galia no estaba tan romanizada como otras partes del Imperio, fue caldo de cultivo para que los nobles de la región se rebelaran contra Roma y Víndex fuera su comandante. Desde Lyon, Víndex le escribió a otros gobernadores para invitarlos a un levantamiento contra Roma debido a todos los males que estaba ocasionando el gobierno de Nerón. 

El 19 de marzo del 68 Víndex se proclamó “campeón de la libertad contra Nerón” y mediante unos discursos brillantes instaba a todos los ciudadanos, tanto galos como romanos, a liberarse de un gobernante al que consideraba ridículo y que solo buscaba que se aplaudiera por sus “dotes” artísticos. Víndex consiguió la adhesión de algunas tribus y ciudades galas pero necesitaba de más tropas para lograr su objetivo. La proclama de Víndex no debe verse como una simple revuelta sino como un golpe de Estado ya que era senador y gobernador de una región de Roma. Es de hacerse notar que Víndex no buscaba ser emperador ya que al ser hijo galo no podía llegar a gobernar, por eso invita a Servio Sulpicio Galba, gobernador de Hispania, a unirse a la rebelión. Galba, de casi 70 años y sin hijos, duda, sabía que solo dos legiones y unas tropas galas no tendrían éxito. En el fondo Galba anhelaba el pasado de la República. Pese a todo, Galba se proclama enemigo de Nerón el 2 de abril. En mayo, las legiones de Germania comandadas por Verginio Rufo deciden sofocar el levantamiento de Víndex. Ambos contingentes se enfrentaron siendo derrotado Víndex (que se suicidó) y muriendo 20 mil de sus hombres. 

Nerón se entera del levantamiento mientras está en Grecia. Durante su ausencia en Roma deja a cargo de la ciudad a dos libertos, Helio y Policlito, además de Tigelino. Los informes que recibe de la capital de inicio no lo preocupan ya que no solo Galia esta muy lejos sino además seguía recibiendo el apoyo del ejército. Sin embargo decide dirigirse a Roma. Después de desembarca en Nápoles y se dirige a la capital y, muy acorde a su frivolidad, entra triunfalmente a Roma, pero no como un victorioso guerrero sino como un vencedor deportivo y artístico. Eso no impidió que ya sabiendo que Galba se unió a la rebelión entrara en pánico. De allí que tomara medidas contra los rebeldes como enviar asesinos contra los gobernandores que simpatizaran con la rebelión; Galba decide unirse a la rebelión cuando detiene a uno de ellos. 

Después de la victoria de Rufo contra Víndex, el primero se proclama en contra del emperador y prácticamente Galba asume el liderazgo del movimiento. Al conocer Nerón la proclama de Galba comienza actuar como un loco. Según Seutonio, cayó sin sentido y parecía medio muerto. Después se levanta y se golpea la cabeza con furia. Después decide a todos los cónsules y el asumir ese puesto, además de dirigir personalmente al contingente que estaba reuniendo. Manda traer tropas germanas, ilirios, britanos y recluta una legión de marineros y remeros. Sin embargo sus medidas en vez de generarle apoyo solo aumentaron su impopularidad, llegando incluso a cortarle el cabello a sus concubinas y armarlas para que combatieran como amazonas. Incluso ordenó que los ciudadanos aportaran parte de su fortuna. Pese al riesgo de perder el poder, su ligereza lo llevó a mandar traer arena para las batallas de gladiadores en vez de trigo, que ya escaseaba. 

Al enterarse que el general que envió contra Rufo se cambió de bando, supo que fin había llegado. Primero pensó en pedir clemencia a Galba pero desistió de la idea. Sin soldados que lo respaldaran, únicamente dependía de los pretorianos que, pensando más en sus beneficios que en el emperador, decidieron deponerlo. Ninfido Sabino, uno de los jefes pretorianos, le ordenó a la guardia que custodiaba el edificio donde se encontraba Nerón que lo abandonase, dejándolo literalmente a su suerte. Nerón, disfrazado de campesino, escapa de Roma con los libertos Faonte, Epafrodito y su amante Esporo con la idea de llegar  a Egipto pero deciden esconderse en la villa propiedad de Faonte en espera de un barco que les permitiera lograr su destino.

Al dejar Nerón la ciudad, los pretorianos argumentaron ante el Senado que había abdicado y proclaman a Galba emperador; mientras, el Senado condena a muerte a Nerón que, cuando se enteró de la condena, prefirió suicidarse con su daga pero no pudo (o quiso) hacerlo. Fue Epafrodito quien le enterró una daga en el cuello hasta matarlo, no sin antes haber dicho teatralmente: “¡Júpiter, qué gran artista muere conmigo!”.   



Conclusiones

¿Por qué Nerón no pudo con un levantamiento aparentemente fácil de sofocar? Pudo ser porque aunque conocía los entresijos de la corte, realmente no conocía las provincias y subestimó la capacidad del ejército para deponerlo. A esto hay que sumarle sus desequilibrios que sin duda afectaron su capacidad de gobernar. Pese a la mala fama que tiene, Nerón fue muy querido por la plebe y muchos no creyeron que se hubiera suicidado, llevándole durante varios años flores a su tumba. La muerte de Nerón fue el punto final del monopolio de las grandes familias en el poder y algunos sostienen que fue el final de la autocracia.

Estudios recientes intentan mostrarnos una mejor imagen de él, sin embargo debido a los excesos a los que llegó y a su conducta fuera de normal, es muy difícil quitarse la imagen de un gobernante megalómano, frívolo y degenerado, en un periodo muy oscuro de la Roma Imperial.

Comentarios

¿Por qué existe El Gueto...?

Quienes cuentan la Historia siempre la han polarizado en buenos y malos, olvidando explicar por qué y cómo sucedieron los hechos, sacándolos de contexto y dando ninguna importancia a las razones que llevaron (u obligaron) a los personajes a actuar de cierta manera. El deseo de "El Gueto..." es presentar lo que se ha dejado de lado: los por qué, los cómo y las razones de la manera más objetiva posible para que TÚ saques tus propias conclusiones, y lo más importante: que TODOS entendamos cómo nos afectan.

Frases historicas

"Estas llaves, que lo son de las puertas que únicamente deben estar cerradas para la irreligión, la desunión y el despotismo, como abiertas a todo lo que pueda hacer la felicidad común, las devuelvo a vuestra excelencia, fiado de su celo que procurará el bien del pueblo a quien represnta".
Palabras que pronunció Agustín de Iturbide al entregarle las llaves de la capital que le habían sido dadas por el alcalde de la Ciudad, don José Ignacio Ormaechea, a su entrada a la capital de la Nueva España comandando a 16,000 hombres el jueves 27 de septiembre de 1821.